Visita a Hwange

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Después de mi estancia en Harare, partí (otra vez) hacia el norte del país: me esperaban en Iganyana Tempted Camp con un plan que prometía: además de alojamiento me invitaban a las excursiones y a las comidas, ¡a tope!

Tras un largo día de buses, me estaba esperando en la carretera Theunis (quién estaba en Iganyana para enseñar y formar al personal) con el coche de safari. Salté a bordo y empezó el espectáculo: vimos de camino impalas y kudus, pero lo más emocinante fue (no que me recibiera Ana, la manager, con una welcome drink) ¡que los elefantes iban a beber de la propia piscina!

Iganyana Tempted CampIganyana Tempted Camp

Pronto conocí a Genine, partner del hotel con su negocio de safaris a caballo (Ride Zimbabwe). Con ella hice buenas migas desde el principio, y gracias a ello pude montar a caballo todos los días 😉

Correr no corrí mucho durante mi estancia por allí. El primer día, hacerlo por mi cuenta y encontrarme a un gupo de elefantes puso en alerta a todos en el campamento, y desde entonces tomaron medidas al respecto: a partir de entonces corrí siempre con un coche detrás escoltándome (gracias a Óscar, el jovencísimo chico para todo voluntario en Iganyana)

Noches de hogueraNoches de hoguera

Hubo tiempo para todo: desde veladas en la hoguera hasta hincharme a ver animales (que se asomaban a la piscina casi todos los días). Además de tomar el sol en la tumbona, pude probar una nueva experincia un par de veces: el safari nocuturno. Más allá de la novedad, bajo mi punto de vista aporta menos que el safari a la luz del día (pero puede ser porque no tuve mucha suerte y no vimos muchos bichos).

Pero lo que más me gustó de estar por allí fue la gente. Compartir mesa y actividades cada día con los empleados hizo que me sintiera muy arropada. Incluso un día fuimos de fiesta por al noche al pueblo de al lado (ésa actividad, para la que requerimos el uso del coche del safari, puede decirse que me gustó más que el night game drive). Y tampoco hay que olvidar que, a pesar de que me acompañaran a despedirme al bus y estuviéramos esperándolo más de 1h, ¡casi lo pierdo! A saber en lo que estábamos pensando cuando pasó el bus en esa carretera desierta y no no sólo no lo vimos, si no que tuvimos que perseguirlo con el coche de safari para que parara… ¿Será que no realmente no querría partir de ese sitio?

Con Ana y TheniusCon Ana y Theunis

1 thought on “Visita a Hwange”

  1. Jajajja, que bien!! “me has hecho reír un par de veces con este blog. Eso de estar corriendo y casi darte un trompazo literal (manada de elefantes) vaya susto no? Y casi perder el bus y perseguirlo… Eso de llama 0 estrés… Por eso casi lo pierdes, estarías bien entretenida.
    Gracias por compartir tan bellos momentos en todos tus viajes. Y… Que piscina más interesante… No creo que con tanta baba de tanta fauna se bañarse nadie! Pero como atracción animal, genial.

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