57K corridos, 5 días viajando
Pokara es la segunda ciudad de Nepal en términos de población y la primera en cuanto a superficie. Está al oeste de Katmandú, a solo 200km y a los pies de Los Anapurnas. La mayor parte de la gente viene para comenzar algún trekking, o simplemente para relajarse y hacer algún curso de yoga… Porque la verdad la ciudad es perfecta para pasar unos días tranquilos.
En la carrera de Nagarkot conocí a un par de chicas que venían para acá, pero me contaron que, dedibo a Dashai Festival, una especie de Navidad nepalí (padre ya no tengo qué ir para allá entonces, que esta Navidad convalida), era difícil encontrar billete de bus. Cuando volví de Nagarkot, decidí ponerme a buscarlo en las cien mil agencias de viajes que hay en Thamel (el barrio de mochileros donde me alojaba en Katmandú) y efectivamente, estaba muy complicado: o no había ni para el día siguiente ni para dentro de dos, o los precios eran desorbitados (ejem, comparativamente, jajajajajjaja que ya me he vuelto local en términos económicos). Encontré una agencia en la que Biren (el dueño) me ofreció una posibilidad: ir al día siguiente en la cabina por 800NPR. Yo no sabía lo qué era eso de la cabina… Pero vamos, ¡como si me tocaba conducir el bus! Asique por supuesto lo compré, y a la vista de cómo fue, tengo apalabrado mi vuelo con él para Luckla la semana que viene… Jjajajjajaajajaj espero que no me falle, porque me está costando al menos una llamadita de teléfono diaria para qué no se olvide de mi 😉
El bus, como era de esperar, no salió puntual pero… A mi no me importó demasiado porque pillé ventanilla y fuí sola (sin compi) porque no iba a tope (joder, con lo que había costado pillar plaza). Además, me enteré de qué era eso de la cabina: A la izquierda del conductor hay un asiento reclinable… ¡Menos mal qué libré, porque 8h ahí y de cara al conductor hubiera sido cuanto menos rollete. Y como he dicho… ¡8h para hacer 200km! Y por supuesto con nuestras correspondientes paradas (unas 4). Antes de subir pegué la hebra con un inglés y dos francesas que están por aquí por Nepal currando, y cuando (¡por fin!) llegamos, con Stan, un estonio al qué también le apetecía venir hacia el centro a pie por eso de estirar las patas (o por eso de no pagar in taxi).
Cuando llegué al hostel (Gaurishankar Backpackers hostel) las impresiones fueron muy positivas: el sitio mola un montón, porque las habitaciones dan a un corredor que rodea el jardín y el restaurante. Además, tiene zonas comunes agradables (como un salón de lectura luminoso, unas hamacas muy bien colocadas o una cantina divertida). La habitacion, compartida entre 4 chicas, tiene buena cama y baño bastante aceptable.
Al día siguiente, en lugar de irme me quedé, por el buen rollo que me había dado el lugar (jajajajjajajaj, y porque me dí cuenta de que por la mañana me iba a ser complicado terminar todas las gestiones qué tenía qué hacer: sacar los permisos para hacer el trekking de Anapurnas y pillarme una mochila). Además recibí una notita de Stan en la que me invitaba a correr a las 19h 😉 asique no podía dejar pasar la oportunidad: ¡¡la primera persona qué quería correr conmigo en Nepal!!
La realidad es que ese día en lugar de correr tomamos una cerveza, por esto de que a las 7 de la tarde por aquí es noche cerrada, y dejamos el ejercicio para el día siguiente.
Preparé una rutita de 8km sencilla (Stan hacía tiempo qué no corría) y vimos tres sitios chulos: Gutepaworth cave (lástima qué estuviera cerrada cuando llegamos), un campamento tibetano y Devil’s falls, que sí que estaba abierto pero que apenas pillamos con luz. Fue un rodaje muy agradable, ¡¡muchas gracias Stan y espero que no tengas muchas agujetas!!
https://www.wikiloc.com/running-trails/devils-falls-42200941 (Devil’s falls) at #wikiloc