Último destino: la selva

199K corriendo, 38 días viajando

Hace un par de días nos vinimos Holly, que conocimos Tuko y yo en el EBC; Gabi, también conocido pero del hostel de Kathmandu; y yo a Chitwan (la selva).

Rinoceronte paseando por el pueblo

Nada más llegar, con mochila a la espalda, nos encontramos un rino comiendo hierba en el pueblo…

Un preludio de lo que veríamos más tarde: elefantes (ese mismo día en mi rutina de correr 15km al día), cocodrilos, monos, ciervos y un jabalí (al cabo de un par de días haciendo una visita guiada por el parque).

Pasamos tranquilamente unos días allí, ya que el sitio era relajado, barato y cálido. Sauraha es lo más cercano al wild west (como dice Holly) que hemos conocido, ya que además de polvoriento no tiene más que una calle principal que por la noche se ilumina con luces de colores. Pero el sitio nos dio tan buen rollo qué nos quedamos por allí más de lo previsto.

Equipo ciclista

Uno de los días alquilamos unas bicicletas, y para variar nos salió una ruta un tanto paliza para la BTT (pese a que fue muy planito el recorrido, nos salieron más de 50km).

Hicimos más o menos el mismo camino que yo había hecho el día anterior corriendo pero parando en los pueblos Tharu para comer algo, y añadiéndole el final de los 20.000 lagos, que es parte del parque natural de Chitwan pero no hay que pagar entrada (bueno, jeje, por las horas a las que llegamos no tuvimos qué pagar, porque ya estaba anocheciendo). Los lagos, muchos y uno de dimensiones impresionantes, fueron muy bonitos, aunque allí no vimos más animales que monos.

Ese día por la noche, Om (propiertario del hotel donde nos alojábamos) aprovechando que teníamos bicis nos llevó a una zona donde normalmente pasaba un rino… Ese día no lo vimos, pero no tuvimos más remedio que contrarle para el día siguiente una visita guiada, esta vez sí, por dentro del parque nacional.

Al día siguiente pues cogímos nuestra mochila y, guiados por Om y Ramon, nos aventuramos a hacer un paseo por el parque. Caminamos unas 8h, con paradas muy largas y silenciosas para ver si aparecían animales… Y pese a que ese día nos pareció qué vimos poca fauna, a medida que pasan los días y se diluye el tiempo invertido (o se concentran los recuerdos) la conclusión es que vimos muchos animales: monos y ciervos, un rino bañándose, unos cuantos elefantes domésticos, un par de cocodrilos inmóviles como troncos a orillas del río, un jabalí y una gallina (que fue lo que más gracia les hizo enseñarnos a los guías: cuando por la mañana estábamos hartos de esperar y no ver nada, de repente algo se movió entre los arbustos y nos hicieron correr para ver, “a chicken” estallados de la risa).

¡Uno de los días nos levantamos y Holly corrió conmigo! Me dio tiempo a preparar una rutita maja de unos 6km… Y como recompensa, luego nos apretamos un desayuno americano (zumo, tortilla, sánwich de tomate, patatas fritas y muesli con yogurt y con fruta) y nos pasamos el día tumbadas en una piscina de un hotel que encontramos (bueno, mejor dicho, que buscamos muy concienzudamente para intentar pagar lo mínimo). Menos mal qué después llegó Rob (desde Pokhara) y me sacó de nuevo a correr, porque casi casi me acostumbro a la buena vida 😉

Leave a Comment

Translate »