2.121K corridos, 266 días viajando
Nakhom Panhom me encantó como ciudad: tenía un paseo fluvial fantástico, restaurantes modernos, y bastante gente animada. Por la mañana salí a correr desde mi hostel por el paseo, ¡y me encontré a un montón de gente haciendo deporte! Además, cuenta con un carril bici estupendo.

Desde Nakhom Phanom continuamos con el río pegadito un trozo de la siguiente etapa, porque nos desviamos al interior para poder ver unas cascadas, e incluso acampar en ellas. ¡Pero fue una pena, porque la más conocida (y bonita), That Pho, estaba cerrada a los turistas debido al (maldito) Covid-19! Aunque la segunda, también bonita 😉 la conseguimos ver… Pero imposible acampar allí (muy prohibido).

Al día siguiente nos acercamos a Phu Thok, “la montaña solitaria”, que era un risco en medio de la provincia acondicionado (vamos, con escaleras y pasarelas) para subir sus 350m. ¡Desde arriba las vistas fueron muy bonitas!
Continuamos camino, pero como esto del trekking nos moló, acampamos en un colegio (no tuvimos suerte esta vez con monasterios) cerca de otra senda para el día siguiente. La ruta, pese a que muy plana, ¡fue muy chula! Además tuvimos la suerte de que a mitad camino, cuando no podíamos avanzar más, nos encontramos un monasterio en el que nos dieron agua y un tailandés, que no hablaba ni palabra de inglés, nos hizo un tour por las instalaciones. ¡Ésto de vivir con tiempo es fenomenal para conocer las cosas desde dentro!
Lo que no moló tanto fue la noche: hubo tormenta monzónica y, a pesar de estar bajo techo, el agua entraba en la tienda y hubo que poner la capa de arriba… Eso y el tema de que parecía que íbamos a salir volando hizo que no pegaramos ojo. ¡Menos mal que al día siguiente, en Bueng Kan pillamos hostel un par de días! Además allí pude correr 🙂 por un lago en medio de la city y por el paseo fluvial. ¡Los lagos aquí están muy bien acondicionados para hacer deporte!
Desde allí marchamos por el río en dirección Nong Thai, e hicimos noche por el camino en un monasterio. Ésta vez nos alojaron en un interior que contaba con ventanas y nos dejaron hasta un ventilador… Menos mal, porque ¡de nuevo fueron lluvias monzónicas lo que cayeron! Pero en fin, fue la última noche de tienda, y no puedo decir que lo diga con pena 😉

Las últimas etapas las hicimos durmiendo en hostel: en Nong Thai y Udon Thani. Fueron bonitas pero duritas: ¡esque ya llevamos pedaleando 22 etapas! Nos despedimos además del Mekong en Nong Thai… Pero seguro que no es la última vez que nos vemos 😉