1.327K corridos, 151 días viajando
En Mandalay, cuando Paula cogió su vuelo me junté con Ferran, un chico valenciano que escribía un blog de viajes (viajandovegano) y que habíamos conocido en el bus Bagan-Mandalay. Rodamos juntos ese día, y al día siguiente nos alquilamos una moto para ver Mingun (con la pagoda más grande de Asia si se hubiera terminado) y U Bein Bridge (con el puente de Teca más largo del mundo). Formábamos un equipo muy divertido, sobre todo para las comidas: él era vegano y yo, por ésto de no quedarme sin energy en la carrera más larga que me había planteado hasta la fecha (24K), estaba haciendo una dieta que consiste en pasar 4 días sin hidratos y luego dos días poniéndome hasta arriba de ellos. Asique cada vez que pretendíamos comer algo (en un sitio local, barato y de poca habla inglesa), terminábamos escarbando en el plato (en mi caso) o dejándonos casi todo (en su caso, que él era más purista). Casi casi como en casa de mis papis cualquier día que nos juntamos todos 🙂 Además de ver gratuítamente la pagoda y de bañarnos en el río, cruzamos el laaaargo puente y vimos una puesta de sol de las que salen en las postales 😉
Al día siguiente, también en moto, fuimos hasta unas cascadas en las que corrimos un poquito cuesta abajo (para mí) y subimos andando una larga cuesta arriba (para Ferran), antes de despedirnos: él marchaba para Hsipaw y yo tenía un deber de 24K que cumplir.

El día de la competi lo hice todo por el libro: me puse hasta el culo de hidratos desde por la mañana, llegué y me dormí una siestecita y no me moví casi casi nada… ¡Había miedo!
En la recogida de dorsales empecé a conocer a los participantes y organizadores. Éramos unos 70 corredores, de los que una gran mayoría eran locales. Nos invitaron a cenar, y luego pronto para la cama, eso sí después de estirar.
A las 5.45 estábamos todos en la línea de salida, con la suerte de que se veía bastante bien porque estaba amaneciendo. La carrera empezó muy conservadora a pesar de ser muy plana al principio: íbamos todos más o menos al mismo ritmo y yo diría que a 6min/km (maldito reloj, jajajaja, otra vez se me olvidó ponérmelo).
Como en el tercer kilómetro adelanté a Isca, la portuguesa que iba cabeza de carrera, y alcancé a Oliver, francés que me acompañaría en bastantes partes del recorrido. Sin embargo, él se paró en el primer avituallamiento, y yo seguí hasta alcanzar a Liam, australiano con el que hice el 90% del recorrido, porque a pesar de que él subía y bajaba mejor que yo, en las partes llanas y poco técnicas yo era más rápida 😉

En un momento dado, cuando quedaban un par de kilómetros para entrar en meta, me caí (me pasa bastante, jajajajajaj, asique sólo una vez en 24K está fenomenal), y podría tirarme el pisto y decir que me desorienté, pero la verdad es que me distraje y cogí un desvío inadecuado. Tuve suerte y cuando llevaba unos 700m, me vió una moto de la organización y me ofreció que me subiera y llevarme al punto dónde había cogido mal el desvío, pero me negué: ¡eso es hacer trampas! Y además, ya total, algún kilómetro de más, ¡qué mas me daba!
Una vez en el track de nuevo vi a Oliver delante de mi (bieeeeeeeen sólo había perdido una posición), pero ya me fue imposible alcanzarle. Cuando vi a lo lejos la meta, y conté me llevé (again que esto ya lo he contado en otra ocasión) una desilusión tremenda. Había tres chicos solamente que habían entrado: Oliver, Liam y otro americano :S asique de nuevo a punto de subirme al cajón con chicos. A partir de ahora voy a empezar a contar también a los chicos porque no puede ser ésto de que me pille de sorpresa…

Asique, sólo me queda agradecer a la organización la carrera, tanto a nivel logístico y paisajístico, y a mis compis de aventuras, en especial a Liam que además de hacer todas las fotos, ¡incluso me esperó en un avituallamiento! ¡Nos vemos en la próxima!