3.808K corridos, 466 días viajando
¡Qué ganas tenía de volver a escribir el blog! ¡Y de estar de nuevo en ruta, hacia el continente americano esta vez! Me encanta la sensación de ir hacia lo desconocido, en busca de nuevas aventuras. Además, ahora más que nunca, que se ha disipado la inquietud que tenía de si me dejarían pasar o no en aduanas. ¡Pues me han dejado! Aunque no sin pedirme billete de salida… ¡Menos mal que finalmente me pillé un vuelito a Guatemala para el 10 de junio! Asique ahora, esperando mi conexión en el DF a Cancún, es cuando ya me siento más dentro del viaje que nunca, y eso me provoca una profunda alegría… ¡Tengo unas ganas tremendas de darme mi primera carrerita por Cancún, y ya solo quedan unas horas para ello! Instalarme en el hostel, trazar la ruta y pistoletazo de salida 😉
Pero cada día me cuesta más partir… Dejar la vida de Madrid atrás, con toda la gente querida. Llegué muy desubicada con la interrupción del viaje por el fallecimiento de Ana, pero poco a poco entendí que había llegado en parte para despedirla (de una manera rara porque llegué tarde y ya no estaba) y en parte para estar en familia en estos momentos. Y he pasado unos días estupendos, con un poco de todo.
Empezando por deporte y familia, he hecho bici con el equipo cicloturista (mi padre, mi hermana y yo); he pasado más de un día escalando en Sputnik con Tuko (a quien conoces de EBC/1); he ido a la montaña varias veces (la más destacable con toda la familia Ruiz, para lo que mi padre y yo tuvimos que reconocer un par de veces el territorio incluso con Tuko y su perra); he corrido con Jimena (que conoces de 22.097m), con los Myrmidons y con quién se pusiera por delante; he ido a remolonear al gym de nuevo con Inés; y he jugado un par de veces al pádel con la familia Sánchez Ruiz (mis primos). Además de médicos y tareas recurrentes (como limpiar la mochila y recibir paquetitos guays de marcas que me ayudan como Gafas EASSUN, Cremas Premax, 361°, Totum Sports, Shock Absorbers y Zymetric) he podido ver a un porrón de amigos: algunos recurrente y frecuentemente (como mis amigas del cole; las de Becerril; Laurita y amigas, que conoces de Dixit, tuk tuks y relax; Relanzón o Nerea), y a otros inesperados pero muy divertidos (como Fer, que conoces de Europa allá voy; como mis compis de BBVA; o como mi amigo Curro). Además, tengo suerte porque hay familia que nunca falla y siempre se terminan invitando a alguna comida o cañufla (como MJ y Emilio, mi tío Mon, mi abuela o Paz).
En fin, es un sentimiento encontrado: por un lado unas ganas tremendas de continuar haciendo kilómetros para el mundo, pero por otro, una cierta pereza por todo lo que dejo atrás: la gente. ¡Pero qué bueno que sea así!