8.670K corridos, 944 días viajando
A Zanzíbar llegué con la intención de relajarme y entrenar para la próxima carrera que tenía en la agenda: una nocturna de 15K por Dar es Salaam. Me había apuntado sabiendo que Lisenka, a quien conocí cuando corrí con los runners en la capital de la isla (no te pierdas A ganar, a ganar; ¡y pollo para cenar!), iría también y me había tentado… ¡Planazo!
En la isla, cumplí sobradamente mis intenciones: relax, entrenamiento y sol. Esta vez pasé unos días en Nungwi, población al norte de la isla. Es conocida por ser el núcleo con más ambiente y más fiestero de la zona, pero yo no lo ví así (claro que yo estaba a otras cosas). Lo que sí que percibí son playas de nuevo de ensueño, con arena de coral blanquecina y mar de múltiples tonalidades, ¡precioso! Eso sí, con muuucha gente 😉
Playa de Nungwi
Y después de acumular más de una preciosa puesta de sol (en el norte de la isla se ve estupendo) y muchos kilómetros en patas, zarpé en el ferry rumbo a Dar es Salaam. Allí tuve la suertaza de que me acogieron en unas suites fenomenales, a pensión completa para el día previo y el día de la carrera (Aura Suites).
Y llegó la noche del 27 de Agosto. El recorrido ya era conocido (era mi tercera vez en Dar es Salaam, ya me lo tengo bastante trillado a la hora de rutas de correr) y hubiera sido muy bonito pero apenas se veía. Cuando dieron el pistoletazo de salida, rápidamente me puse con la gente que iba más alante, y empecé a adelanta hasta más o menos el kilómetro 2, que se me juntó Rashid, un militar Tanzano.
Rashid pudo haber ganado la carrera, pero en lugar de eso prefirió seguir conmigo, hacerme de liebre. A mí me vino fenomenal, porque a pesar de tener asegurado (o eso creía yo) el podio, me hizo que corriera los 15K bastante más rápido que lo que acostumbro normalmente (entré en meta en 1h7′). Fue divertido el recorrido, porque al ser de ida y vuelta, y dividido por distancias (5K, 10K y la mía, 15K), pude ver a mi amiga Lisenka y a su compañera Suzanne, y gracias al decalaje que tuvieron en la salida, pude ser la que primero atravesé la meta de todas las mujeres y de todas las distancias. ¡Oleeeeee!
Y esperando a los podios, conocí a un grupete de gente maja, expats en su mayoría. Cómo los encontré fue gracioso, porque una de las chicas (Annika, inglesa) me reconció y se emocionó mucho: me seguía en Instagram y y era amiga de la dueña de un hotel al que había contactado para ir (e iré seguró, pero todo a su debido tiempo).
Con gente de la carrera
Y a pesar de que no hubo podios (primera carrera en la que veo que no hay, aunque al parecer aquí en África es bastante común), me lo pasé estupendamente esperándolos, tomando birras con mi nuevo grupo de runners. Y aunque a correr no me ganaron, sí que me ganaron en el asunto de beber tanto Clemente (suizo que trabaja en su embajada) y Peter (tanzano que se dedica a “sus negocios”). ¡Primera vez que llego a las 2 de la mañana a mi alojamiento en Tanzania! Y no creo que última que vea a más de uno de esa tropa 😉
Aunque seas Muzungu descafeinada.. Ponte crema para el sol!
Que me pongo todos los días!!!!