9.043K corridos, 969 días viajando
Después del larguísimo viaje, conseguí llegar a Lusaka. Allí tuve unos días para relajarme y correr acompañada: John (a quién conoces de Más de 48h viajando: un tren, un bus y una frontera) me presentó a Ligia y a Isma, una pareja viajera de Brasil y Argentina respectivamente, que estaban muy dispuestos a hacer kilómetros para el mundo.
Haciendo (casi) kilómetros para el mundo
Pasé unos días por allí, sin mucha más novedad que piscina y relax, y un free tour por la capi que no repetiría 😉 partí rumbo a Livingstone. Allí, tras un bus eterno de nuevo, Chanters Lodge, nos esperaba (esta vez con John como colaborador) un Lodge en el que pasaríamos 6 días y muchas aventuras.
Puesta en el Zambezi
Para abrir boca, vimos atardecer uno de los primeros días a orillas del Zambezi. No sé si es por que me voy alejando del ecuador o qué, pero fue una de las mejores puestas que he visto (o que recuerdo que he visto), y para mejorar el plan, ¡acompañada! Ligia e Isma estaban por allí y nos presentaron a toda la tropa de su hostel: Felipe (brasileño y viajero), Charlie (inglesa que estaba allí de vacaciones), Matea (austríaca en un lapso de cambio de curro), Jeska (voluntaria en un cole, procedente de Holanda) y Felipe (brasileño, viajero y rumbo al norte de África).
Además, muchos de ellos se me apuntaron al día siguiente a a hacer unos kilómetros antes del planazo que montamos todos juntos: ir a ver Victoria Falls.
Corredores en Livingstone
El parque nacional de Victoria Falls es una de las 7 maravillas naturales del mundo. No me extraña en absoluto: a pesar de verlas en la estación seca, impresiona de verdad el cañón con el humo que se ve (vapor de agua) al fondo.
En Victoria Falls
De las experiencias más impresionantes que tuvimos, además de ver el puente que conecta Zambia con Zimbabwe y desde el cuál saltan al vacío haciendo esa cosa tan poco atractiva (pero que haré) que llaman puenting (no te pierdas la primera vez que lo hice, Ciudad de deportes y aventuras: San Gil), fue llegar a Angel’s Pool.
Cuando casi nos rendimos por el calor que pasamos, decidimos parte del grupo seguir, y además de deleitarnos con una de las mejores vistas del cañón (excusa con la que convencimos al resto del grupo para unirse), tuvimos la suerte de que un local nos enseñó algo muy especial: un saliente en la roca, al que llamaban Angel’s Pool, que formaba una piscina, y al que realmente daba mucha impresión bañarse y asomarse. ¡Pero todos, incuídos los que no tenían bañador, lo hicimos! Una foto para el recuerdo…
Angel’s Pool
Además, cortesía del lodge, por allí también nos marcamos un safari. Vimos en parque nacional Mosi oa Tunya un montón de animales, a pesar de que el guía fue un poco palizas. Girafas, elefantes, cocodrilos, cebras, impalas, y ¡rinocerontes! fue el menú del día, con la peculiaridad de que ¡los rinos los vimos andando! No está mal la semana que nos pegamos en Livingstone 😉
Rinos en Mosi oa Tunya
Buenísimo ser parte de esa experiencia!!! Me encantó el relato! 😍
Oleeeee!!! Pues espero no sea el último que escribamos juntas 🙂
Angels Pool….. ¡Qué vértigo solo con verte en la foto!!!
Que no me caí, ehhhhh 😉
Jesús que vértigo!
Yo lo llamaría Guardián Angel’s pool.
Y con lo de la canoa más!!
Jajajjajajaaj pero que no me ha pasado nada! Sana y sava 🙂