Iten: home of champions

7.723K corridos, 845 días viajando

Tras encontrarme en la frontera a Antoine (te lo cuento en Entrada a Kenya: Kisumu y Kakamega Forest), no dudaba en que tenía que pasar por Iten. Así que tras mi estancia en el lago Kisumu, llegué tras unos cuantos matatus a Eldoret, donde Clemen me estaba esperando.

Clemen era el house keeper de Sosiot Guesthouse, un alojamiento con el que dí tras haber rebuscado en Google Maps algo barato. Encontré el teléfono de la casa, tras el que estaba Betsy, una keniata que había sido mami recientemente, ¡y olímipica en 2016! Además de darme un precio estupendo por lo que sería mi hogar durante 10 días (una casa entera para mí, con WiFi y cocina, ¡yiiiija!), me ayudó desde el primer momento: gracias a ella Clemen me estaba esperando en Eldoret, y desde allí pudimos hacer la última parte del viaje juntos.

Con Clemen

Clemen, además de house keeper era pacer (en ese momento empecé a entender que por allí todos eran súper atletas), y a pesar de que estaba lesionado de una rodilla, al día siguiente salimos juntos a rodar. Hicimos 10K por un bosque precioso, ¡pero menudo esfuerzo me costó! Probablemente por la altura, porque no lo hicimos nada rápido (en 1h). Y para más INRI, me dejó tan tocada el entrenamiento ¡que no me pude mover en toda la tarde!

Al día siguiente sí que pude moverme, y salí con Antoine y ya algo más adaptada pude completar con él los 17K que nos metimos. ¡Qué gusto da salir acompañada! Pero no fue la única compañía que tuve: Julián, y su mujer, Gina, me contactaron por Instagram y me invitaron a su casa a tomar un café. ¡Acierto total aceptar, porque nos convertimos en inseparables en esos días!

Corriendo con JuliánCorriendo con Julián

Julián es un corredor argentino que conoció hace 2 años Iten y desde entonces no ha podido dejar de estar conectado con el sitio. Junto a su mujer, Gina, que también vive en allí ¡a pesar de que no corre! han iniciado un proyecto (Home of Champions) para traer tuistas a la zona y enseñarles lo mejor del lugar, máxime si su pasión es el running (además de llevarlos a los sitios locales, pueden entrenar con el grupo de Julián).

Yo compartí con ellos de todo: desde cafés en sitios preciosos hasta entrenos que me hicieron sudar la gota gorda, con sesión de fotos incluída. Pero recuerdo con especial cariño el día que me atreví a entrenar con el grupo de Julián porque prometían hacer un rodaje suave. ¡Madre mía, qué palizón me metieron! Menos mal que luego recuperamos con un desayuno en el Oasis (los mejores chapatis de Kenya) antes de que que Gina y yo visitáramos St. Patrick School, el cole donde los atletas keniatas más destacados han aprendido a leer.

Con Gina desayunando en el OasisCon Gina desayunando en el Oasis

Mi vida en esos días rozó la perfección: entrenar (incluso dos veces por jornada), comer, leer, descansar, Netflix y escribir. Además, tuve la suerte de poder ver a los súper atletas entrenar en la pista Kichoge de Eldoret (dónde me marqué yo unas series con Antoine), y ver también el fartlek que hacían los jueves por la mañana (impresiona la cantidad de corredores que se juntan). ¡Me encanta la vida del atleta profesional!

En el fartlek con los keniatasEn el fartlek con los keniatas

Y como colofón a esta etapa del viaje (que espero no sea la última vez que pase por este sitio tan maravilloso) terminé corriendo una carrera ¡de 15K! Eso sí, ni de lejos conseguí hacer un papel decente (y eso que, después del entreno me considero incluso más en forma que cuando hice la última carrera en Peru: Lima Wild Trail). ¡Pero fue todo una experiencia! Desde el momento de pillar el dorsal, dónde un mapa hecho a mano y a boli fue todas las pistas que tuvimos del recorrido que íbamos a correr, hasta que no estuvo clara la hora de salida hasta 10 minutos antes. ¡Espectacular!

En el bus con Julián yendo al punto de salida

Por la mañana nos personamos todos a las 6 de la mañana (ejem, kenyan stile) para que un bus nos llevara al punto de partida. Una vez allí, no arrancó la prueba hasta ¡las 9 de la mañana! Y menos mal que salimos primero las chicas, con una diferencia de 15 minutos, ¡que si no, hubiera llegado la última y requeteúltima! A pesar de ello, de no estar acostumbrada a entrar contando a las que he ganado si no a las que me han ganado 🙂 ha sido una experiencia inolvidabe: ¡correr con los mejores atletas del mundo!

Línea de salidaLínea de salida

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