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Hay un instante, el de justo de antes de tirarte de cabeza, en el que te puedes desequilibrar: el momento crítico. Ésto es real y es un hecho físico que ocurre justo cuando estás tomando impulso para saltar. Las consecuencias de no gestionar bien ese instante pueden acarrear consecuencias fatales: te podrías dar un planchazo. Pero esto ya es una cuestión de probabilidades que se pueden minimizar.
Lo mejor sería no ser consciente de ese instante: lo harías todo lo breve posible y te concentrarías en la técnica del salto. Sin embargo, ésto no siempre sucede así… Puede pasar que de la pura consciencia de lo que haces, en ese instante te dé miedo saltar.
A veces incluso cuando ya has flexionado las piernas, es cuando dudas y entra en juego el equilibrio. Te vences hacia delante, intentas no cambiar la postura de los pies y empiezas a ser consciente de que la hay dos opciones: o apoyas un pie atrás o saltas hacia adelante. El momento, en el que dudas y decides, pueden ser milésimas de segundo angustiosas.
Asique, si quieres saltar de cabeza, simplemente salta. Si por cualquier cosa en el momento crítico te viene un miedo aterrador, no dudes, flexiona las piernas… Sigue sin dudar, mirada al fondo de la piscina… Manos estiradas a los lados de la cabeza, de nuevo sin dudar (obvia incluso si estás temblando) y… SALTA!
No es más que otro salto de cabeza, y cada vez irás perfeccionando más la técnica. Al fin y al cabo sólo te estás jugando otro planchazo 🙂