2.253K corridos, 286 días viajando
De Chiang Mai me quedó muy buen recuerdo de correr alrededor de la city, por la muralla y el río que la rodeaban. Dos vueltas al atardecer con otros corredores, entrando a ver que se cocía en el Buak Had Park (clases de aerobic, gente paseando y muchos aficionados al Chinlone, un juego traído de Myanmar que consiste en pasarse una bola hueca hecha de bambú sin que toque el suelo) fueron mi rutina de esos días. Además, también tuve la suerte de disfrutar de una piscina en un hotel del centro de la ciudad, qué además de ser gratuíta (para clientes supongo), estaba genial cuidada 🙂 Y para culminar la experiencia, cenar en mercadillos nocturnos o tomar una cerveza en la muralla fueron también actividades que me hacen que el recuerdo de Chiang Mai sea muy agradable.

La ruta de bici desde Chiang Mai a Pai obligaba a hacer noche de camino, más que por los kilómetros (128K), por el desnivel acumulado (1110+). ¡Prometía ser divertida!

El primer día, después de mucho remolonear salimos a las 12 con calor, aunque tuvimos la suerte de que el desnivel más potente (ejem, el de empujar la bici) nos llegase al final, justo al atardecer cuando la temperatura relajaba un poco. Ahí ya se iba decidiendo el podio de la etapa: Ferran llegaba tan sobrado que era capaz de grabarme a mi, al paisaje y a los animales mientras me esperaba. ¡Pero esque su bici tiene dos marchas más que la mía (8 vs. 6) y eso quiere decir que un piñón más grande y que le toca empujar menos! Ese día apuramos e hicimos noche en un monasterio cuando ya el sol se había escondido.
Al día siguiente salimos bastante mejor de hora: a las 9, aunque a las 7.30 estábamos en pie (seguimos siendo lentitos a la hora de preparar las alforjas y recoger la tienda), asique la etapa, aunque durísima se dio bastante bien: llegamos alredor de las 17h a un bar a 8K de Pai, en donde caímos rendidos ante “el mejor Pad Thai de todo Thai” según la simpática dueña, Mama Su. Allí conocimos a Rick, holandés con ganas de amigos con quien intercambiamos teléfonos (seguro volvemos a ver), y a eso de las 19h, habiéndo descansado al menos dos horas 😉 terminamos la etapa en nuestro súperhostel: por 170THB teníamos bungalow, piscina, ping-pong, billar y bar. ¡Creo que este sitio nos va a atrapar casi tanto como la isla de Ko Kut!