En la frontera con Macedonia

3.291K corridos, 401 días viajando

El último par de días por Albania los pasé en una localidad bonita: Korce. Está al sur de Albania, pegadito a la frontera con Macedonia. Lo del sur no debe llevar a error: ¡pasé un frío terrorífico por allí! Y además se tiró lloviendo la mayor parte de mi tiempo por allí…

Pero no por ello dejé de correr. Es más, hice una de las rutas más chulas por el país en el parque nacional de Drenova Fir. Fueron unos 15K con desnivel (580+), pero muy corrible (te dejo el link aquí por si te animas). Además esos kilómetros fueron muy curiosos de paisaje: montaña con tonalidades negras y un río a mi vera todo el camino. ¡Qué buena despedida!

Pero mejor todavía fue pasar la frontera ¡caminando! La verdad es que lo hice muy a propósito, porque ¿quién puede decir que haya cruzado una frontera a pie? El paso fronterizo fue una experiencia más: me pidieron el pasaporte y me dieron las gracias (jjajajjajaja, no se emocionaron tanto como yo de que llegara caminando). pero lo que fue más dura fue la caminata con el mochilón: honestamente eran sólo 4K, pero se convirtieron en 6K…

Resulta que el último pueblo albanés, Tushemisht, distaba exactamente 4K del primero macedonio, St. Naum. Pero claro, no calculé que en tiempos de Covid-19 los transportes están muy limitados. Bueno, en verdad algo me sospechaba 😉 pero contaba con la opción de hacer autostop 🙂

¡Y me fue maravillosamente! Me cogió un coche en el que conducía un padre, y atrás iban la mami y una niña. Fueron tan simpáticos que me acercaron hasta Ohrid (dónde yo iba), a pesar de que su destino era anterior. ¡Qué suerte y qué bien empieza la aventura en este país!

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