De camino a Sipi Falls

7.469K corridos, 825 días viajando

Y a pesar de la pena que sentí de dejar a mis compañeros peludos de carrera (no te pierdas Relax y lujo en Uganda), marché rumbo a las cataratas de Sipi (al este del país, pegaditas a Kenya). Llegaría a destino después de unos días en Rainforest Lodge, otro sitio idílico al que me habían invitado de nuevo como influencer (al final, me lo voy a empezar a creer).

Piscina del Rainforest LodgePiscina del Rainforest Lodge

¡Y acerté haciendo paradita por allí! En medio del bosque (por donde por supuesto corrí todo lo que pude), y con piscina. Claro que, era mía y de los monos 🙂 Porque había por allí inmumerables. A pesar de estar sola, sin contar a los simios, por allí (ya ves, gajes del oficio de instagramer: me suelen invitar a sitios que no están a tope, ¡claro!), el personal se portó estupendamente, y además como tenía las comidas incluídas, pude probar platos de categoría. ¡Vamos, que viví unos días como una auténtica reina!

Sipi FallSipi Fall

Pero esta vez no me dio tanta pena partir: me esperaba un planazo. Resulta que con la agencia Discover Sipi (local de Uganda) había pactado ir a Sipi Falls a hacer todo tipo de actividades molonas (trekkings y lo que me echaran) y que me alojaría en tienda de campaña en el jardín de un sofisticado lodge. A pesar de estar en temporada de lluvias, no me achantó lo de la tienda y decidí hacía tiempo ir para allá. Claro que, William, el dueño de la agencia (y mi inseparble esos días), en vista de que llovía todas las noches por allí, un par de días antes me dió un notición: había conseguido que me dejaran una habitación en el lodge, ¡yija!

Por detrás de una de las cascadasPor detrás de una de las cascadas

Llegué a cama puesta, menos mal porque diluviaba. Al día siguiente comenzamos la agenda de actividades (después de correr y descubrir el que probablemente sea de mis top 3 de sitios ugandeses): trekking para ver las 3 cascadas. ¡Fantástico! No solo por las cascadas (que impresionan), si no porque los alrededores, con paredes de roca y muy verdes y forndosos, son preciosos. Además, pudimos pasar a las cuevas de detrás de una de las cascadas, ¡genial!

Otro de los planazos que hizo el bueno de William conmigo fue ir a ver la puesta de sol a un risco cercano. Mira que he visto puestas, ¡pues nunca me defraudan! Y a pesar de las nubes y de lo lluvioso de los días, pudimos disfrutar de una buenísima.

Atardecer en SipiAtardecer en Sipi

Una de las actividades estrella que me propuso fue el “abseiling”. Yo cuando me lo propuso, enseguida dije que sí, pero cuando me envió las fotos de lo que me estaba proponiendo, ¡glups!, creí que era puenting. En fín, nada que no hubiera hecho antes (puedes ver mi debut en Colombia, en Ciudad de deportes y aventura: San Gil), jajajjajaj, pero que me tuvo desvelada hasta que se me ocurrió buscar en Google qué era eso de “abseiling”. ¡Era rappeling! Había librado por puntos…

Claro que al asomarme desde dónde nos teníamos que descolgar (30 metros de rappel y luego te bajaban suspendida otros 70m), te confieso me dió “respeto”. Sobre todo los primeros metros, ¡porque luego la experiencia me encantó! Jajajjajjaj, mientras no miraba para abajo y sólo lo hacía a la roca y a la cascada que nos quedaba a la derecha. Además, el sitio dónde lo hicimos no podía ser mejor: pegaditos a una de las cascadas. ¡Marchando una de adrenalina para el body, genial! ¿Será la última?

AbseilingAbseiling

 

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