526K corridos, 75 días viajando
Jimena me preguntó el otro día que qué era lo que más me llamaba la antención de la India en cuanto al los precios. Ésto me dió pie a pensar en lo que cuestan las cosas (tema que me interesa bastante), y a decidir que lo que más me alucina aquí es cómo varía el precio de los transportes (tópico del que también me gusta escribir): en India puedes coger un tren por 500INR e ir en una cama, recorriendo unos 600km y tardando 12h o, por el mismo precio pillar un taxi de Delhi al aeropuerto (escasos kilómetros y tiempo).
Os explico lo que he averiguado de ellos útimamente (para que conste qué, además de correr, me interesan otras cosas):
- Barca de remos (400INR, 1h). Cuando Jimena y yo llegamos a Varanasi, nos enteramos de que una de las actividades estrella era darse un paseo en barca por el Ganges, asique a ello fuimos. Desde la barca, además de los colores de la ciudad, puedes intuir lo intensa que es: a orillas del río conviven en armonía bañistas, hombres aseándose, cremaciones de difuntos, celebraciones religiosas y turistas cotilleando todo ese jaleo.
- Moto (gratis, 2h). Mientras tomábamos el mejor lassi (yogur batido) que he probado hasta la fecha en Blue Lassi, tuvimos la suerte de conocer a Truvia, un joven israelí con el que hicimos buenas migas, yoga y cenamos; y nos ofreció hacer una excursión en su moto los tres a unas cascadas preciosas a una hora (40km) de Varanasi. Muy prudentemente aceptamos la oferta: cuando nos recogió en el hostel, nos pusimos muy contentas al ver que teníamos ¡un casco para las dos (uno más de lo que imaginábamos, vaya)! En India el caos de las carreteras es brutal, pero cuenta con cierta armonía… Al principio es mejor cerrar los ojos (si vas de paquete, no conduciendo), pero luego ya te acostumbras, sobre todo si tienes un conductor tan fenómeno como lo era el nuestro.
- Jeep (2.880INR, 2x5h). A Umaria fuimos con una clara intención: hacer un safari. Allí, en el hotel Tiger Villa Resort, tras regatear un poquillo el precio de la habitación, nos hicimos muy amigas del dueño, Varun, que nos organizó una visita al Bandhavgarh National Park con jeep, conductor y guía. Ese día, pese a ir equipadas oportunamente (camisetas de tigres iguales que mercamos en el pueblo para la ocasión), no vimos ni medio tigre. A Varun le dimos tanta pena que nos gestionó otro pack de expedición (jeep, conductor y guía) gratis para el día siguiente, y él mismo nos aseguró que el tigre saldría… Efectivamente, ¡vimos uno y bastante rato! Pero no sé si tiene más mérito eso o el qué Varun nos acompañara: a las 6 de la mañana jarreaba como si hubiera llegado el Monzón a destiempo.
- Tren cama (2.800INR, 12h). Desde Umaria hasta Agra hicimos noche en el tren, unas mejor que otras: se nos ocurrió (a mí más qué a Jimena) comer todo el street food posible ya que en el tren no íbamos a cenar, y eso hizo qué pasáramos (Jimena más que yo) la noche que te cagas 😉
- Bicis (200INR, 3h). En Agra ya qué teníamos la tarde libre (y porque había que cuidar a Jimena, que tras lo del tren no ví oportuno correr 15km) se nos ocurrió alquilarnos unas bicis para ver el Taj Mahal desde el otro lado del río Yamuna. Nos cagábamos de la risa (a pesar de Jimena estar ya bien) cuando vacilábamos a los conductores de Rickshaw preguntándoles: Rickshawala? Que es precisamente lo que te preguntan (unas 2.000 veces por minuto) cada vez que te otean en el horizonte y hasta que tu silueta se pierde en la lejanía.
Hemos tenido ocasión de probar otros transportes, pero no se puede generalizar sobre ellos. El tuk tuk por ejemplo tiene una variabilidad de precios importante: desde gratis (si al tío le caes simpática y vas en su misma dirección), hasta que no te cojan ofreciendo pagar bien por parecer corta la carrera. El metro es otro ejemplo, porque por muy moderno que parezca no logramos establecer lo que cuesta: cada día pagamos un precio diferente a pesar de hacer siempre el mismo trayecto. Pero seguiremos estudiando al respecto…