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En mis últimos kilómetros por la costa keniata fui a parar a Malindi. Tenía entendido que era una ciudad interesante, la “little Italy” de Kenya, por la cantidad de italianos que tenían allí negocios.
Llegué a un sitio precioso, Lion’s House Boutique Hotel, como no, regentada por un italiano (y cómo tampoco, invitada, porque esos lujos mi bolsillo aún no, o cada vez menos, está preparado para asumirlos). Era un hotel pequeñito y con encanto, al que no le faltaba detalle.
Horno de pizza
Además de pasar los últimos días estupendamente de relax (y saliendo a correr), Rodri y yo pudimos aprender a hacer pizzas, poque Andrea (el dueño) e Imelda (su novia) nos enseñaron. Había que, en primer lugar, amasar y aplanar, luego distribuir el tomate, la mozarella y poner encima los ingredientes que quisieras. Y luego, al horno porque… ¡tenían hasta un horno al aire libre, menuda pasada de sitio! Y a pesar de zamparnos ¡9 pizzas!, nos quedó una foccacia para el desayuno del día siguiente.
Rodri haciendo pizza
Pero no todo fue un final dulce. El último día nos levantamos a las 6 de la mañana con intención de cruzar la frontera con Tanzania en Holili (al sur del país, entre Mombasa y Nairobi). Tras mucho retraso en los cambios y las salidas de los matatus, conseguimos llegar a las 5 de la tarde. Y nos pasó lo que pasa cuando llegas tarde a un puesto fronterizo de tierra…
Nos encontramos con poca gente y poco personal, mal augurio :S.Y no contentos con mandarnos a buscar al tío que sellaba la salida de Kenya en el pasaporte (que por supuesto, a esa hora no estaba en su sitio), no nos dejaron pasar sin pagar 50USD. Era el precio del visado ¡pero que nosotros ya habíamos pagado on-line! No obstante, al no haber recibido el mail de confirmación (que sí el pago y su confirmación), nos insistieron o en repagar el visado o volvernos atrás, de nuevo a Kenya.
Tras un momento tenso, Rodri insistió en pagar y entrar. Y aunque yo estaba dispuesta a volverme a Kenya e intentar pasar al día siguiente por otro puesto fronterizo (me escuecen hasta ahora esos 50USD extras), decidimos no separarnos y cruzar la frontera. ¡A pesar de que no entramos con muy buen pie, espero que Tanzania no tarde en devolverme la energía!